Embrújame con las cuerdas de tu guitarra
hasta que toques el alma.
Sacude el polvo
que tapa los hilos de mi corazón.
Haz que tus acordes extasíen mi memoria.
Y luego, sin un trago de licor
llévame a las más íntimas alturas.
.
Toca hombre, toca…
Que solo así
se enciende la carne.