¡Hermoso canto! -Dijo el tenor
que disfrutaba de la voz
marina melódica y armoniosa
amplificada por las rocas.
¡Hermoso estilo! Dijo el escribano,
debe ser más antiguo que el diablo.
Dicen que de asombro llego al punto
el pobre hombre de quedarse mudo.
¡Hermosa rima!, -dijo el poeta
cuando leía sus cuantas letras,
que acomodadas unas con otras,
se repetían en ciertas notas.
Y la verdad no había advertido,
pensaba que perdía el hilo
en cada sílaba que se igualaba
en la romanticursi cantata.
¿Qué puede ser más elevado?
¿Y qué podrá ser más sensato?
¿Quién decide lo que es hermoso?,
¿O quien designa lo que vale poco?;
¡Na! Que bah, es de criterios,
unos ven tiranos en imperios,
otros ven héroes en todos lados,
hoy es normal lo que ayer era raro.