Ariello

Sin vida

La campana que dobla allá en la cumbre

a un humilde reencuentro nos invita,

a rezar la oración allá en la ermita,

a hallar luz en la propia incertidumbre.

 

Que la luz de la gracia nos alumbre

el camino de abrojos que me agita,

nos señale la luz que resucita,

y la cruz que nos dé la certidumbre.

 

La campana que estaba allá en lo alto

de la torre vetusta y derruida

ya no invita ni al rezo, lo resalto,

 

en el atrio se encuentra, enmudecida,

una tropa que vino, en un asalto,

de un disparo acalló, quedó sin vida.