Pedro Noster

LOS VERSOS QUE RESCATÉ DEL AIRE

Estos versos que rescaté del aire ya eran huérfanos

llegaron a mí en el momento más preciso, con la verdad más concreta
estaban corroídos, desgarrados, desposeídos de todo lo humano.


Lo cierto es que eran versos vivos, pero que parecían muertos

estos versos que rescaté a medio vuelo
en pleno aire del denso ocaso. 


Antes de cubrirse de respectiva niebla,
llegaron con la usual intermitencia,

a mostrar de la realidad su rostro menos terso

como quién trae entre ceja y ceja

un dolor entrelazado.


Llegaron con su tiovivo de nervios, con fracturas abiertas 

rescate de marasmos de inercia

y de ciertas amnesias, a duras penas.


Cuanto más los hubiera yo amado

si estos hubieran llegado del mar y no del aire volado,

para con muy poca resistencia pernoctar sobre

las ramas amarillentas de una libreta...


Estos versos que rescaté de las tinieblas,
ya adoptaron la luz de los humanos.