No confíes en ellos, son fríos, queman, son amargos dejan un mal sabor al alma, son deshonestos, son mentiras, veneno.
Si de repente suspiras, lo único que me vienen a la mente es correr, huir de ti hasta perder el aliento.
Los suspiros son un desperdicio de oxígeno y de esperanza, no puedes confiar en ellos.
No tienen ningún propósito ni justificación más que el fracaso, la decepción o el aburrimiento, son tristeza, son gritos ahogados en egoísmo.
Si vas a creer en un respiro de esa clase, sería única mente para notar tu falta de atención o de optimismo, de otra forma, no sirven para nada más que para dar malas noticias.
Son cansancio, depresión, ellos suplican, necesitan, desean, duelen, apuñalan atrofian y están rotos, corazónes, rotos, vidas, rotos, sueños, suspiros rotos.