Cuando los últimos ya deslucidos reflejos,
esconde tras los montes el agonizante Sol,
¿No oyes los lamentos que despiden a lo lejos
las brisas que agitan los tallos de la flor?
¿No escuchas, amor mío, los débiles rumores
de los pinos que estremecen los aires al pasar,
exprimiéndole al crepúsculo los cálidos
fulgores y al impoluto río las aguas cristalinas?
¿No escuchas las notas de aquella melodía,
esos dulces cánticos de amor y de placer,
que inspiran en tu alma, un torrente de poesía?
Pues mira: esos alegres y cálidos murmullos,
son de las frescas brisas,cánticos de amor;
son, alma de mi alma, piadosos arrullos
del espíritu amante que vuela hacia ti.
Por eso en esta hora de inquieta armonía,
el aromático ambiente me gusta respirar,
porque entre el rumor de las brisas, vida mia,
tus canticos a mi espíritu parecele escuchar.
J.Plou