La penumbra
apenas ilumina la habitación
el sillón y una copa vacía.
Tantos años fueron vividos
y hoy justo, mis pensamientos
pasan rápidos como las tormentas
del último verano.
Estoy solo, absolutamente solo
lejos quedaron las rutinas
la hora de cenar, llamar a nuestro hijo
siempre demoraba tanto…
Ella, quejándose por los sabores ausentes
nada es como antes
la observo como en aquellos años
y siempre me parece bella.
Le hago alguna broma
y se ríe
como lo hacía entonces.
Me levanto del sillón
camino hacia ella
ocupada en la cena.
¿Que estás haciendo?
-pollo con arroz-
No te preguntaba eso...
La abrazo por detrás
besando su cuello
ella deja los trastos
gira y me besa
como lo hacia
………………………..
como lo estamos haciendo.
Con aromas de ajo y azafranes
regresé al sillón
sabiendo que no estaba solo.