Sola.
Sola entre la muchedumbre,
sola entre propios y extraños,
sola vaga por las calles;
sin que nadie note sus pasos.
Sola en el amor,
y acontecimientos sociales;
sola siempre camina
por las playas y parques.
Si grita con mucha fuerza,
su voz no tiene eco alguno,
si llora con más destreza
su llanto no oye ninguno.
¡Soledad! debió ser su nombre,
piedra solitaria del camino,
flor deshojada en primavera
¡Que inclemente ha sido el destino!
Finge ser resiliente,
ante su perenne odisea
y tras ese manto invisible,
ser feliz a su manera.
Dialoga con las estrellas,
y en noches de luna llena,
la dicha invade su alma,
pues se identifica con ella.
¿Dónde radica tanta soledad,
si no daña nunca a nadie,
ni cuestiona a los demás?
No hay respuestas aparentes,
sin dudar y qué más da;
si a veces las mejores personas,
son las que más solas están.