dulces luces danzaban sin aras de permutar pauta. flotando incesantemente ante o internas en mis pupilas, surcando a mis ensimismados labios abatidos una muestra de alegría agria.
Arrastrando penas en los hombros lívidos, y conllevando hedor en mi impecable pecado. ¡Oh así ! hago caso o miso al visto bueno del día a cobijado de arreboles y arboles tenues inocentes de mi desdicha.
La felicidad es caminar con tu alma y pensar ha razón del corazón.
Brillar a merito propio en proporción de elevar a los demás, vive en silencio y procura no salirte de la sombra de DIOS, o tu cuerpo yacerá ahogado bajo turbias palabras de los mortales.