Escatima silueta, llena elogios,
del recreo aspavientos, regocijos,
llena de guerra y viejos presagios.
Un tanto flor de mirada última
viaja al pico helado y sombrío
donde tu espalda no escatima.
Elegida eres del campo frío
a bajar al son de la zampoña
a ese mismo deshielo de río.
Perduró mi vista y fue carroña
de la burla del tiempo tímido
en donde nunca el amor retoña.
Hasta un astral despegue te pido
para unir latidos de coral,
no sin antes rezar a cupido
liberarme de tu hechizo amoral.
Y de un hacha libar grumo de incienso
donde nada deja la mano formal.