**y**
Y se bebió las lágrimas
y se tragó la pena,
y se tubo que hacer fuerte
en sus noches eternas,
y su boca finge
con una sonrisa abierta,
para que nadie la note
esa amargura que lleva,
y con su farolito alumbra
un camino de piedras,
y le llama a gritos
con la esperanza puesta,
y cielo y lluvia se juntan
y en silencio, lloran con ella,
al ver derrumbarse
esa montaña tan alta
que de acero era,
y dando vueltas anda
en un laberinto de luz y sombras,
sin saber a donde ir
sin que nadie la compadezca,
y los pies la sangran
y el cansancio la agota,
pero es tanto su empeño
que no siente dolor,
solo quiere, que el aparezca,
y se volvió luna, y se volvió etérea...
Elena ©