Giraste la cabeza, rápidamente
me miraste con la boca apenas abierta
querías decir algo
pero no había palabras.
El sol enrojecía en el horizonte
el mar, la playa
………………………….
la tibieza de la brisa
encontró la primer lágrima.
Estás seguro
tenés otra opinión
desde cuando lo sabés.
Su mano buscó la mía
entonces
los dos miramos
agonizar el sol
en un atardecer de playa.