Ráfagas de tiempo
pasando a mi lado
tan aprisa siempre
no paran jamás,
como si me hablaran
de antiguas materias
que no he dado nunca
y las debo...dar.
Una es la promesa
que hice hace tiempo
en esos momentos
de gran soledad,
buscar esa casa
del barrio perdido
que en mi lejana infancia
yo supe…habitar.
En ella mis sueños
de pibe travieso,
volaban a otros mundos
y a otra realidad,
la de la inocencia
auroleando el alma,
te juro que eso
era…de verdad.
y después me iría
por la calle en sombras
a buscar con ganas
ese antiguo bar,
el mismo que antaño
cobijó en su seno
a un pobre poeta
que aprendía...a amar.
Quise con mis versos
volar hasta el cielo,
cual un barrilete
que subiendo va,
hasta los confines
de las almas buenas
eran letras vivas
que hablaban…de amar.
Mis pasos pondría
rumbo a la escuelita
y un beso en la frente
le quisiera dar,
a esa mujercita
mi maestra buena
que un día me dijo
la vida...es soñar.
Boris Gold (simplemente…un poeta)