Primero fué la oscuridad sobre oscuridad
que no se veía.
Luego, como nuestros cuerpos
y nuestras mentes dormían,
fué el olor que no se sentía.
Después cuando despertamos
por el aviso
todo se juntó y nada
quedó...
excepto una pequeña
humareda que a veces
nos sale del ojo
por creer haber
perdido todo.
Posdata:
Cuando los bomberos se fueron
quedamos mirando las estrellas
por un hueco
que antes fué ventana
que a veces, llueve por dentro.