Febrero
.
Un día más ante nosotros
despertará el alba.
El viento con su enérgico poder
hará crujir las ramas,
y el bosque se vestirá
con sus mágicos colores
y con una espesa niebla blanca.
Esquinado tras las montañas
el Sol asomará velado,
y un calor algo despistado
llegará de medio lado
buscando nuestra frente.
Volveremos a ver
a los niños de ayer,
y a lo lejos del camino
por causas del destino
veremos la tierna figura
de algún viejo reclinado.
Olvidados por el frío,
unos bancos solitarios
serán solo estatuas,
recuerdos oxidados,
y mientras tanto, un cielo gris,
aparecerá mas bajo
sin saber porqué razón.
No faltaran en las ventanas,
corazones de vaho
dibujados, entre las cortinas,
y algunas marionetas posando
desnudas, en alguna de sus esquinas.
Tu y yo como siempre
subiremos a la colina,
y veremos como el mundo
nos besa y nos saluda.
Así , abrazados los dos,
reclinando nuestras cabezas
y dejando que el silencio
descubra nuestro amor,
le diremos adiós
a un febrero que termina.
Fotografía y poema : Ramón Bonachi.