mariano777

NOSTALGIA

Entorna mis ojos,

el batir del pampero,

y acompaña mi vagar de niño,

su soplo pleno.

 

Me place su viento leve,

cuando mece los trigales,

y acaricia con su impulso,

a las totoras,

que se besan con el aura,

haciendo vagar en ensueño,

las fantasias de mis sueños.

 

Los mosquitos danzan,

en la geometria,

de sus angulosos vuelos.

 

El arroyo despreocupado,

corre suave y sin apuro,

por su cauce,

y yo hago lo mismo,

errando ocioso,

y acompañando su andar,

con mi sombrero de paja,

y mi caña de pescar.

 

Patos, gaviotas, y flamencos,

me miran curiosos al pasar.

Y entona mis oídos,

el chispeante murmullo,

de los pájaros del monte,

con su canción,

que susurra sin cesar.

 

Dulce es mi sonrisa,

cuando en la tarde calida,

veo a las muchachas en flor,

que mirándome coquetas,

bailan entre pétalos de flores,

que derrama el cielo,

para besarlas cuando caen.

 

En la lenta calma del verano,

me conmueve,

la presencia del ombú,

que impone reverencia,

con su soledad altiva,

a la grandeza que lo rodea.

 

Y es mi bienestar pleno,

adormecerme,

a la sombra de los sauces llorones,

alejado del mundo,

tendido en jergón de trébol,

oyendo el susurro del arroyo,

acariciado en la siesta,

por el aura pasajera.

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juan maria