En el espejo me miras
en el mío te observo
a tu lado me acerco
te sigo y te encuentro
alto tras alto
esquina y esquina
esquivas mi mirada
huyendo sin alas
dejando tu rastro
convidando a seguirte.
De pronto, sin avisar
decides virar
comprendes, quizá
que de esto
a nada podrás llegar
y entonces tranquilamente
dejas de estar en tu espejo.