Cuanto duele mi pecho por amarte
y saber que jamás podré tenerte
suspirando en mis brazos, poseerte,
y rendido a tus plantas adorarte.
Con el alma sentía venerarte
desde el día que pude conocerte
despertaste mi amor con solo verte
y en mis noches empiezo a recordarte.
Conocerte jamás cruzó mi mente
pero debo sacarte de mi vida,
eres sueño que mata lentamente
que me deja tan solo grande herida,
produciendo dolor tan inclemente
al sentir mi esperanza ya perdida!!
Autor: Aníbal Rodríguez.