Quiero conocer el cielo,
el paraíso lejano,
cuyo dueño soberano
se ufana dar el consuelo,
desmitificar el velo
y perdonar los pecados
de justos y de malvados
mas, yo, su perdón no quiero
pues feliz morir prefiero
que triste entre los salvados.
Pesado es este desdén
por yo no querer salvarme
y vuelve a desconsolarme
no llegar hasta ese Edén,
mientras más ganas me den
menos cerca yo me encuentro
pero lo que tengo dentro
las esperanza a mí devuelve
pues aquello que me mueve
es mi certeza; mi centro.
- Noel Salinas