TESTAMENTO
El día que yo me muera
que me pongan de mortaja
pétalos de rosas blancas
cubriendo toda la caja.
Así, me acompañara
su fino y sutil aroma
y volaran a mi lado
montones de mariposas.
Y sentiré que no he muerto
solo que estoy en mi casa
sentada junto a mi fuente
viendo como cae el agua.
Escuchando al ruiseñor
en las ramas del naranjo
como le canta a su amada
y ella le va contestando.
Viendo al rosal florecer
al llegar la primavera
Así, ¡nunca moriré!
pues mi alma será eterna.