Usted no lo confiesa, yo tampoco lo cuento
bien sabemos y guardamos este secreto
este que sólo se divulga entre su mirada y la mía
que sólo se confiesa al unísono de nuestros latidos.
Adherido dejemos este secreto a la simiente del amor
que germine cada día como follaje de flor en primavera
discreto como se escurre la lluvia fresca por la pradera
inconfesable, pero sintiéndonos de cada uno dueño.
Guardemos este sentimiento en tu media sonrisa
esa que con fragante disimulo la mía besa y acaricia
en el secreto de mis manos temblorosas y frías
cuando con tersura y pasión entre las tuyas arrullas.
¡Calla amor! Shshs…No digas nada…
Confíemos nuestra complicidad solamente a la luna
cuando en noches de pasión se vuelve nuestro testigo
y con tu cuerpo desnudo sobre el mío placida se embelesa.
Decidlo bajito, con tu boca recostada sobre la mía
que nadie sepa que ardemos en el pecado de un amor prohibido
que se apaga en el cáliz de alicientes caricias y besos.
¡Calla, amor calla!..
Que la espera ya es única y suficiente penitencia
de contenernos a cada encuentro furtivo.