Seamos los cuatro elementos
Se el fuego que quema cada parte de mi piel,
ese que arde cada vez que mis ojos te ven,
cada vez que la imaginación vuela a lo más alto.
Ardamos al calor de la hoguera,
al fervor de nuestros cuerpos fundiendoce,
de esas ganas intensificandoce ante cada roce
de tus manos incinerandome la piel.
Evaporame con solo deslizarte dentro de mi,
has que mi sangre hierva ante tu mimbro entrando en aquel canal
donde aquel desgarrador contacto provoque en mis adentros
un torbellino de fuego, un tsunami de deseo.
Se el agua que moja mi cuerpo cuando entre besos y caricias
vuelves mis aguas tranquilas, en mareas salvajes.
Has que emane de mi cuerpo cataratas de lujuria,
derritiendo el hielo de mis partes prohibidas con el calor de tus ganas.
Convierteme en lluvia para mojar cada rincón de tu cuerpo,
para poder penetrar tu carne y empaparte hasta los huesos.
Dejate ser olas que desgarren mis adentros
entrando con la furia de tus deseos.
Se el agua que se escurra de mi cuerpo,
cuando logres hacerme llegar al cielo,
para convertirte en aire desatando desde mis a fondos
orgasmos parecidos a decenas de huracanes arrasando ciudades enteras.
Se el viento que haga que toda yo se eleve
del placer de sentirte completandome.
Sintiéndonos de la misma forma en la que las nubes se alteran
cuando dos grandes masas de aire se encuentren en lo más alto del cielo.
Se aire para transformarte en tornado
y poder hacer contacto con las aguas alteradas de mi cuerpo
para tomar fuerza y convertirte en un huracán de movimientos
entrando y devastando mis adentros.
Se la brisa mojando mi desnuda piel en las mañanas,
envuelveme en el frio de tus brazos avivando el fuego de mis puntos sensibles
se de mi verano aquel viento cálido calentando mis sangre,
y se de mis inviernos ese viento frio que apague el fuego de mi carne en tus manos.
Entra en mi rompiendo mis cadenas desestabilizandome
de la misma manera en la que la tierra se quiebra
ante el movimiento de las placas en sus adentros.
Seamos tierra temblando nuestros cuerpo de las ganas,
entrando y saliendo con la furia de la naturaleza
cuando se sacude con fuerza y descontrol
quebrantando los suelos por donde pisas dejando huella.
Seamos fuego para incendiarnos de ganas
convirtiéndonos en aire avivando el deseo
para derretirnos en agua extasiados
por los incontrolables sismos de pasiones.