Noviembre no hubiera haber sido jamás su elección,
menos aún a enfrentarlo en su soledad
un día lóbrego de llovizna depresiva,
su boca protegida por su bufanda húmeda,
del sofocante aire embarazado por gases
de mugrientas chimeneas de fábricas
Casas adosadas sus únicas compañeras,
iguales todas en su conformidad homogénea,
palabra ninguna de consuelo a contestar,
contacto social el rechaza hoy,
un día de recuerdos tristes
después de una noche de desvelos
Las secas hojas de árboles desnudos,
por el viento espaciadas sobre el patio de recreo
que lamenta la falta de los gritos
de los niños que regresarán
en la próxima primavera
Los dos a solas en medio del silencio,
instantes de reverencia profunda,
y las flores que él había traído
embellecen con gracia la tumba de ella,
un íntimo acto de amor
La foto por cortesía de David Robert Sugg