Y qué quieres que haga me dice,
si el frío de madrugada se cuela en tus entrañas.
Que quieres,
si te beso y te congelas,
me prefieres y me aborreces,
escueces a veces,
me enloqueces.
Lees entre líneas,
yo me cuelo en tus días como en primavera la nieve tardía.
Que quieres,
si mueres en tus renglones al suspiro de mis noches,
si me pides que no derroche mi energía por si te destruyes el alma al abrazar la mía.
Y qué,
que quieres,
si cuando te quiero querer no puedo,
y si arden mis manos sobre tu piel desnuda,
si mi coraza no admite más soldaduras.
Que,
si has sido tú quien ha decidido coserme las heridas,
ahora no me hables de ruinas,
háblame de ti reconstruyéndome,
reconstruyéndote,
levantandonos de las caídas.