Grande soberbia, tiene el que domina,
Que marca ritmo, sobre los demás,
E impone un yugo, que arruina la paz,
Demostrar su grandeza, ya es rutina.
En tantos empresarios, se cocina,
Mil personas comunes, tantos más,
Cargados van de orgullo, pertinaz,
Sin demostrar ninguna, disciplina.
Ya nunca quieren, oír las razones,
Van criticando a todos con encono,
Pero si exigen miles, de atenciones.
Su vos exalta siempre, fuerte tono,
Quieren dominar tantos, corazones,
Y casi nunca tienen, reina y trono.