Alexander Vortice

CRIMINAL

EL FUEGO no se apaga y las colillas

son fisonomías de sangre vertida por un ser

canallesco, radicalmente lastimado y apagado,

infecto y desquiciado, subordinado por ley

a las inexactitudes de los inicuos.

CRIMINAL que guarda un secreto oscuro:

Esta noche volverá a salir en busca de raza,

de arterias fácilmente sangrantes,

de prostitutas sin cama ni anhelo;

esta noche –ya lo he dicho- el grito del machete

se escuchará en Oriente y en Poniente,

bajo la almohada de los sordos,

dentro y fuera de una cópula

sumamente fosca.

CRIMINAL porque algunos le llevaron a ello:

Seres ineptos, corrompidos, ávidos de pecado…

La sensación del chillido es sensación de “lobo entusiasta”;

nadie ni nada podrá arrebatarle el gusto de enclavar

su ferviente daga a la dama que es zorra,

al pudiente que es pederasta,

al violador que es se dice “afectuoso”.

 

El criminal se flota las manos

junto al fuego de mayo,

y sus víctimas sonríen vulgarmente,

ya que la ignorancia es demasiado atrevida.