jorge enrique mantilla

DEJÉ DE VIVIR

DEJÉ DE VIVIR

 

Dejé de viajar, de correr y correr, tras un lugar

Dejé de alucinar, de la imaginación, historias sin parar

Dejé de caminar, buscando alivio de mis males, poder terminar

Dejé de delirar, pensando en lo loco de mis ideas, algún día, quisiera abandonar

 

Dejé de escribir, de mis poemas y versos, el dolor de seguir

Dejé de anotar, de mis sueños, la inspiración logró agotar

Copiar párrafos que el aire arrebató, de mis escritos enarboló

Dejé de versear, de cuentos sin melodía, que nadie escucho, ni oyó

 

Dejé de votar, por cualquier malnacido, que siempre me dejé engañar

Dejé de elegir, de trampas está hecha la libertad de nombrar

Dejé de creer, en el sueño de aquel risueño, deseado y escuchado

El vaivén del pensamiento, de urnas encendidas, maléficas sobornado

 

Dejé de dormir, dejé de despertar, dejé de soñar despierto

Dejé de imaginar fantasías, en las noches cálidas y frías

Dejé de soñar y añorar caricias falsas, que arrebataban las mías

Dejé de dormir, para no despertar espejismos, que por ti, algún día morirías

 

Dejé de volar, borrando el recuerdo que la imaginación olvida

Dejé de huir y escaparme de tus lágrimas de despedida desconocida

Desaparecí sin ruidos que delaten la ausencia de mi alma sorprendida

Dejé de volar, sin decir adiós al amor del olvido, de la existencia ida

 

Dejé de salir, sin llanto ni alegría de mi encanto

Dejé de zarpar, sin levantar anclas, del puerto oxidado que me levanto

Sin partir, amanece el horizonte, el ocaso de tu figura, su santo

Dejé de surgir, sin importar las tristezas de mis penas, sublimes de mis llantos

 

Dejé de vivir, momentos, detalles pequeños, de ensueños que volarían

De mis poesías, que el viento arrebató, de mis penurias y cobardías

Dejé de vivir, mentiras de engaños, de mis penas, que siempre perdía

Dejé de vivir, lo que más quería, de habladurías de mi melancolía

Que acechaban las calenturas, de las noches lluviosas y frías

Yo, que siempre sonreía, jugaba y jamás perdía

Sin saber que fumar y beber, de probar y joder, algún día pararía

Que a la postre me llevaría y en un funeral sin flores

En una tumba fría y lóbrega, allí mis huesos, alguien depositaria

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla

Bucaramanga sep. 14- 2016