Así como brisa suave
que pasa por el jardín de flores,
e impregna todo el lugar con el olor de las mismas,
llegaste tú
y entraste desapercibida, sigilosamente
por los agujeros de mi profundo ser,
y sin darme cuenta
te tenía dentro de mi,
de mi mente
de mi cuerpo
te apoderaste de todo este pobre ente
que ahora sólo vive esclavo,
de este amor que siento por ti.
Ahora bien.
¡Dime oh dueña de mi corazón!,
si así como brisa suave llegaste,
¿como brisa suave te irás?,
si me dejas, como flor que deja ir su olor
para compartirlo por nobles razones
estaré bien de que por lo menos,
pude tener la dicha, o no,
de ser tocado por ti.
Pero sin embargo,
si me dejas por simple recorrido natural,
pues entonces esperaré
con fe, esperanza
de que aquel amor implantado en mi
también se marche
y pueda yo dar
brillo de mi renacer.