Vengo a recoger la Hojarasca que el otoño trae
a los pies del árbol que planté de niño.
En qué Mala Hora abracé con mis manos
las primeras manzanas agusanadas que propagaron
las bocas de la diosa Fama, tuve que sufrir Cien Años
de Soledad para poder curar sus pústulas malolientes.
El Otoño del Patriarca no fue suficiente para abatir la
rosa de alejandría que me nació entre mis dedos de
escritor y periodista, disfruté de Amor en Los Tiempos
del Cólera, en los tiempos en que Macondo no se hallaba
en los mapas y tuvo que inventarse.
Fui como el General de un falucho de Corsario en Su Laberinto
de pasión y muerte.
Bebí de las manos
de la literatura.
Estratagemas pido.
Que me den las Putas
Tristes el martillo
de gemas que burlan
las hablillas hechas.
Salva sea la pulla
que las partes son.
Ser araña y ruda.
Mosca ver en tela
blanca de tez uva.