Ariello

El Cóndor

 

 Cruza el cóndor gallardo el ancho cielo,

en el aire se ve con donosura,

¡Gloria cielo! albergar dicha criatura

que hacia Dios elegante emprende el vuelo.

 

¡Gloria! ¡Gloria! se escucha desde el suelo,

es el mundo que entona con ternura,

del lejano tristón la partitura

que el ocaso escribiera en su desvelo.

 

Pero el cóndor ignora su grandeza,

inocente se mece en la corriente

donde oculta solemne su tristeza.

 

Allá abajo, doquier, un pueblo ingente

sólo ve de aquel cóndor su belleza

y su vuelo elegante indiferente.