Él me decía – déjame invitarte el café que tanto querías o quizá una Sena, donde estemos los dos y robar por unos minutos tu mirada… bajaban sus palabras por mi garganta para que se esparcieran en mi memoria… yo solo pensaba en el día en que sus manos me estremecieron tan solo con acercarme a su pecho para abrazarme, el movía poesía en mis silencio mientras conversábamos, y razonaba mi corazón en secreto por él.
02 de Marzo del 2017
Yojanna Victoria Agudelo