El carnaval ha terminado
y sin embargo siguen las máscaras
desde otras latitudes
llegan mensajes escaldados
que no saben conversar
y oprimen el botón de bloqueado.
No le temo a los muros
ni a las piedras en los zapatos
que caminan tras de mí
con doble filo guardado.
Tengo código desde niña
y el respeto es mi resguardo
el amor mi as de basto,
siempre miro a los ojos
para observar a mi rival
debería poder pensar
también saber dialogar
y lo más, más importante
tiene que ser de mi tamaño.