De la envidia me muero..., quiero ser como tantos
que cantan sus canciones, como niños risueños;
yo no escribo a la luna, ni tengo dulces sueños
sólo sé niña mía, de tus dulces encantos.
Sólo sé dulce niña, cuando escucho tus cantos
que existen primaveras y gigantes pequeños,
ilusiones que vuelan sobre estrofas sin dueños,
más allá del amor, y de locos quebrantos .
Sólo sé de quimeras y de juegos de magos,
de horizontes dispersos entre múltiples versos,
de titanes heroicos, como tú, como el viento…
Malabares me cuesta, beber a grandes tragos,
mi vida, el infinito, junto a tus universos:
el sol que te acaricia, tu sonrisa y mi aliento.
Autor: Deogracias González
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