Este amor cálido, sutil y silencioso
ávido del espacio que encuentra entre mis brazos
sin entender razones,
se entrega en comunión.
En la bruma se eleva
armonía deliciosa
néctar que se derrama
sobre la boca ansiosa.
Caricia que despierta
el verbo lacerante
es goce de dureza
profundo, palpitante.
Manos maravillosas
que arrancan bellas notas
y deshace mi cuerpo
cual pétalos de rosas.
Colibrí de los sueño
que conquistas mi piel
empapando sus alas
en mi lago de miel.
Corazón que se mece
sobre mi alma desnuda
al marchase la tarde
cuando asoma la luna.
Autor Alexandra L
3 de marzo de 2017