La luna se clava en mis noches como alfileres fríos,
las despedidas duelen aún más cuando se apaga la luz.
Los recuerdos fluyen como ríos de lava de la explosión de mi mente,
la soledad me abraza
y yo le pido tregua a mi corazón,
que se rompe de madrugada.
Me siento pequeña
me hundo en la almohada
vuelvo a perder
nada cambia.