Ayer fuiste el amor que yo adoraba
eras mi encanto, mi Dios, mi paraíso,
hoy eres el recuerdo del corazón que te amaba
y llegó el final porque Dios lo quiso
Como añoro las tarde de aquel verano
cuando cogidos de la mano paseamos
hoy esa arena cálida sufre como humano
porque tú y yo no le visitamos
Como estará de triste el parque aquel,
que de noche nuestros cuerpos abrigaba,
hoy alguien te dirá ¿ qué es de él?
más tu sin querer le dirás – ya no me ama-
La avenida de tu casa, la ventana de la espera
como añoran las tardes plomizas de invierno,
y el juguetear de tus manos o el chillido de una sirena
harás que vuelvas a sentir mi amor eterno.
Pero que desolado fin, que efímero fue tu amor,
me diste un beso, un abrazo y una despedida,
tus ojos lloraron, los míos, miraron el dolor
de una mujer que fue muy querida.