Te seguiré, con la ingravidez velada del amor
Hasta el mismo filo de la vida
Feliz de tener, por fin, un destino compartido.
Libre de pasados encadenados de lívidos recuerdos
Navegaré hacia el futuro de tu presente desplazado
Franco de exenciones que comprometan los sueños.
Y así, de este modo, sin más equipaje que estorbe a mis manos
Ni más extravíos del alma que sobrevuelen mis párpados
Conocer cómo son los sueños cuando abren su ventana
Al mortal corazón que los ha invocado.
Osmosis de dos, comunión de soledades
Celebración de la magia restaurada.
© Felipe Espílez Murciano de \"El hilo de Ariadna\"