El sol perfora algodones
con las riadas sobre el mar,
irradiando pececitos
que se salen a pasear.
Vienen bailando las olas
un vaivén con armonía,
suben, bajan jugueteando
una bella melodía.
Entre luces ambarinas
llega la tarde y se asoma,
coqueteando a los reflejos
que se ven sobre la espuma.
La luna se hace presente
con su majestuoso andar,
sus aretes son estrellas
que las pescó al saludar.