Vi un reflejo por el norte pasar
de pie en un prado de rosas crecer.
Blanca luz, pura en el anochecer,
tras el rato te pusiste a bailar.
Una mujer de piel tersa aclarar
me acerqué con el gusto a conocer.
¿Cómo alguien tan bella podría ser
y que ninguno la pudiese amar?
Cuando me acerqué a tocarte te fuiste,
como si invisible fueses alguna
o un alma en pena vagando viniste.
Pasó la noche y llegó la nebluna.
En un expiro te desvaneciste.
Me percaté que eras rayo de luna.