El barco avanzaba lentamente aquel cálido verano,
en la proa un hombre silente se despedía de su familia y de aquella niñez vivida.
Librepensador que a su patria honraba una efímera mañana
se marchó a la Habana.
Marinero de mirada melancólica y sigilosa,
navegó en busca de la libertad perdida.
Hombres que dejaron un sueño en la ribera de un río.
¡Hombres nobles!
¡Hombres virtusos!
¡Oh Libertad!
¡Oh mi amada libertad!
¡Oh mi mar, mi viento!
Dime que abrazaste a mi abuelo.
Libertad.