Sangre y vaho
derramados a la ausencia,
a tu partida que mis ojos hoy sentencian,
flor de púas tu silencio,
lancinantes dagas tus miradas,
y aunque me has hecho ajeno
a tus inciensos
esta noche de acacios despojada,
labios secos, respirar triste;
laten las vivencias recordadas,
vive aún el corazón que heriste.