Ya me cansé de estas inútiles gotas saladas que corren por mis mejillas
Habría que destilarlas y beber hasta morir
Ye me cansé de mi cama, de mi almohada, de este suspiro inútil
Que quema mi pecho, lacera y desgarra
Me he cansado de tener el alma envuelta en el estómago
Aterido, adivinando tu silueta en la oscuridad.
Odio mis manos que te buscan, que te dibujan, que te extrañan
Odio mis labios que no saben pronunciar otra cosa que tu nombre
Pero odio más el maullido de tu maldito gato que dejaste.