La alarma suena a las seis y cuarto
La hora en que todos miran al techo
Y piden tan sólo cinco minutos de besos.
Tomo café como todos
Inhalo cuentas desgraciadas e inevitables como todos
Leo que alguien murió por una bala y no por amor
Y como el desayuno que ya se enfrió, como todos.
Yo sólo pido
Que las jaulas se pudran
Que mis ojos miren a través de los sacos
Y descubran una servilleta con dedicatoria.
Que las costillas aprieten menos
Que los hombros estén más sueltos
Que el cielo hoy tenga sexo.
Quiero escuchar el amor de dos mejillas
El deseo esbozo de dos lenguas cruzadas
El erotismo íntimo y pausado de dos miradas.
Quiero escuchar que las voces caigan
Y el silencio desnude
Que las manos nunca se suelten
Y los pies nunca paren de subir al escenario.
Quiero anhelar el trazo de los muros
La historia de los puentes
El dulce del niño.
Oscurecer
Llover
Pedir tan sólo cinco minutos de besos.
Escribir
Amar
Dar tan sólo cinco minutos de besos.
Todos van con una mano al silencio
Y la otra profanando al viento.
Con un pie llorando cenizas
Y el otro marchando sobre flores.
Todos van desnudos
Y no veo que lloren
Agrietados
Y no veo que lloren
Desfallecidos
Y no veo que me miren llorar.
Yo sólo pido que las jaulas caigan
Y los pájaros mueran en un árbol
Que las mujeres salgan
Y mueran entre unos brazos
Unos besos, unos cuentos,
Y no entre unos cuantos pesos.
-JG