119. RELATO
EL ROBLE Y LAS CAÑAS
Un roble muy grande, pero con raíces muy pobres, fue desarraigado por el viento y lanzado a través de una corriente.
El cayo entre algunas cañas, a las cuales así se dirigió: Me pregunto como ustedes, que son tan ligeras y débiles,no han sido completamente aplastadas por estos fuertes vientos.
Ellas contestaron: sin tener buenas raíces, usted lucha y compite contra el viento, y por consiguiente es derribado; mientras que por el contrario, nosotras nos doblegamos ante el menor soplo de aire, y por lo tanto permanecemos intactas, y nos salvamos.
Para no sufrir privaciones delante de los actos arbitrarios del poderoso, hay dos opciones: colaborar con él,o prepararse con mucha fortaleza y razones para afrontarlo sin ser derribado.