Echados para atrás sobre la hierba
mojando el continente de los sueños
la frágil vida trepa por la venas,
afianza abruptamente nuestro cuello
con sus dedos de humo y sus señales.
Ahora roza nuestra cabellera
que como rama húmeda decae
y absorbe el ruido verde de la tarde...
El pensamiento es lluvia... noche llega
cuando la vida es un latido en el cerebro.
Somos no menos dóciles que hierba...
al viento y a la vida obedecemos.