La ciudad, antinomias y debates
Cuando dejo la ciudad,
la gente, la ecología,
la comunidad y la familia;
sufro por lo que es,
mi urbe de todos los días.
Tomo la carretera,
rumbo que me guía,
un hado de filosofía
es mi fiel compañía.
Las ideas en sincronía
transitan nuevas vías,
avizorando destinos
que conducen la vida.
La ciudad excelsa,
luz de hermandad,
el espacio vivencial,
la que dejo muy atrás,
la extraño tanto,
ruin dejarla de amar.
Ecos de un gran amor
agigantan la soledad,
el horizonte crepuscular,
espejo de la eternidad.
En la medida que avanzo,
surge la alegría,
disfruto el paisaje,
evado la nostalgia,
llenando mi equipaje
de fervor y autonomía.
Al llegar a otra ciudad,
donde voy a laborar,
comparto con gente bella
que brinda hospitalidad,
definimos el proyecto
y en un día correcto,
todo queda resuelto,
hasta que termino,
y al cabo de un mes
listo el regreso.
De nuevo en mi ciudad,
seno urbano local,
entre besos y abrazos,
el amor y la amistad,
florecen en la sociedad,
antinomias y debates;
es la plural realidad,
donde coexistimos,
y exaltamos con decoro,
lo digno del ser humano,
contexto histórico
de la ciudad que adoro.