¿Por qué tengo este deseo incontrolable de escribirte?
Escribir es como una catarata que tiene agua por decir.
A veces tengo el alma llena, otras la tengo muy vacía
pero, sin embargo, ello no me impide por nada escribir.
Puede ser que un día el sol está tan brillante que inspira,
otra un día tan negro y lluvioso que me nos quita la miel.
Inspirado o no, el corazón siempre me dicta hermosa pira
por la cual pueden hacerse cientos de poemas con la piel.
Pensándolo bien, te escribo porque me salta decir te quiero,
es una necesidad de quien tiene por alma palabra de pájaro
queriendo volar libre por el cielo indefinido de tus latidos:
así cada vez que escribo son segundos más de estar vivo.