Gracias mujer, compañera y amiga
Por ser la dorada florescencia del trigo convertida en espiga
Por brindar con tu presencia
Aquel apoyo incondicional con gran paciencia
Convirtiéndote en destello que une, anima y alienta con amor
A trabajar día a día con gran valor
Gracias por llevarnos a la primavera
Por alentarnos a alcanzar nuestra quimera
Por ser ese ser ejemplar
Amiga incondicional que sabe escuchar
Gracias por tener fuerza misionera y mano delicada
Que con fervor, por el saber, das tu vida.
Gracias por ser la antorcha indeleble
Ser maravilloso y respetable
Que en el servicio a la educación vivificas al mismo Dios
Y que con láureo ejemplo trasmites tus pensamientos.
Gracias por tu cordial y diáfana vida de enseñanza
Y por eternamente brindar tanta esperanza.
Simplemente gracias por ser mujer…