Y así comienza el amanecer,
oscuro y lejano al comienzo,
amado y soñado al finalizar,
Que similar,
Se parece a muchas mareas que conozco,
no son de las mejores
Y se esfuma como espuma del mar,
tan instantánea como infinita en aquellas
memorias tónicas de olvido.
Y así comienza todo de nuevo,
El atardecer es mi nuevo placer,
Todos están despiertos
Todos la anhelan tocar,
Solo yo pude,
De tantos que había, me escogió,
Yo quería el amanecer, pero me conquisto
Y aquí estoy,
Amándote en cada hoja que me cae al hombro
Cada respiración que me das
Cada sonido emitido de un pájaro,
Me amas con mesura de amargor dulce,
la amnesia de las largas horas a tu lado,
Aquella mirada que se tiñe de su oscuro claro,
me encuentro con las primeras estrellas,
ellas no valoran la claridad de un rayo de sol,
de tus mas lindo ojos.
La noche sucumbe y ella me deja con su brillante lejanía
La amo con cada momento de mi vida,
Con cada piedra que tropiezo en el camino.
Me perdió con tantas luces, cada farol,
Cada destiño de luz artificial,
Donde estas,
me acuerdo,
Iluminando el amanecer de alguien más,
algún perdedor que necesita confort,
vivo en algún momento de tu vida,
tú que tienen tiempo para todos
y para nadie a la vez,
qué curioso, me acuerdo de ti.
Y así comienza de nuevo
mi espléndido amanecer,
Como una eternidad cíclica,
Como un recuerdo arraigado a tu sien,
Los deja vú que tanto me gustan a mediodía.
G. Rasva