Mujer de suaves ademanes
de pequeños pasos y mirada segura
un vestido hecho de estela brillante
espera colgado para tu figura.
Pero, de pronto, me asalta una inquietud,
cuando tu rostro refleja la melancolía,
¿hacia dónde te lleva el pensamiento?
¿Acaso, evocas un pasado?
No quiero saberlo, en realidad.
Basta con que me digas
que hoy, aquí, me amas.
Mujer de risa sonora,
expresión que te hace encantadora.
Veo que te ruborizas,
ante mi mirada escrutadora.
De pronto, me viene una inquietud.
Cuando tu rostro se ilumina,
¿es la alegría la que te envuelve,
es la felicidad la que te anima,
o son vestigios de un pasado
que no quiero que recuerdes?
¡Vaya, qué incertidumbre!
¿Sabes, mujer?
Eres, de Dios, su obra cumbre.